El norteamericano alcanzó el mejor resultado de su carrera en un Major. Foto: @PGATour
Si hay una cualidad que nadie puede poner en duda después de presenciar la ronda dominical protagonizada por JJ Spaun, esa es la determinación del golfista de 34 años. Después de todo, el norteamericano se anotó cinco bogeys en las seis primeras banderas y, cuando todos pensaban que hasta ahí había llegado su intento por hacerse con el primer Major de su carrera, se rehízo a las mil maravillas para acabar brillando sobre la temible hierba de Oakmont.
Lo hizo después de hora y media de suspensión a consecuencia de la lluvia que comenzó a caer con virulencia sobre el complejo de Pensilvania. “En esos momentos pensé que no me quedaba otra que seguir esforzándome al máximo. Lo había hecho toda mi vida y sabía que era la única manera de sacar la situación adelante”, confesó el jugador de las barras y las estrellas, quien varió drásticamente sus números cuando todo se reanudó y se volvió a situar en el tee del 9 para hacer el golpe de salida.
El ganador del US Open confesó el cambio que supuso en su mentalidad el parón por culpa de la tormenta
Y es que el parón le hizo reflexionar. Se cambió de ropa y se despejó con la ayuda de sus entrenadores mientras los operarios limpiaban de agua las anegadas calles del campo. “La suspensión ha sido clave para que yo ganara este torneo”, confesó sin dudarlo Spaun, quien cuajó unas nueve banderas finales en las que se anotó en la cartulina cuatro birdies y un solitario bogey para sofocar los intentos de rebelión de Robert MacIntyre, quien se había erigido la gran esperanza europea en las horas finales.
De hecho, no fue hasta el final cuando todo se acabó decidiendo. Concretamente, en las dos últimas banderas. Spaun se reservó su mejor salida de todo el día para el 17, donde dejó la bola a cinco metros y medio de bandera desde el tee para acabar anotándose un birdie que le insufló aire. Le quedaba el 18. Un par le convertía en campeón, pero un bogey le obligaba a salir el lunes a un desempate como ya hiciera ante Rory en el PLAYERS -con amargos recuerdos, todo sea dicho-.
Fue entonces cuando se enfrentó al putt de veinte metros en el 18. ¿La ventaja? Que Hovland le había dado la lectura apenas unos segundos antes. “A unos dos metros y medio del hoyo me acerqué para ver si tenía alguna posibilidad de entrar y entonces vi que iba al centro. Estaba en shock”, sentenció el angelino, que pudo celebrar por todo lo alto el Día del Padre en Estados Unidos.
The champ has made it to New York ? pic.twitter.com/Q8jQ97U2nB
— U.S. Open (@usopengolf) June 17, 2025
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