Ya decíamos en las declaraciones de Jon Rahm tras la primera jornada del PGA Championship en las que anotaba 76 golpes que solo pensaba en llegar al domingo sobre la línea de par, en las que por su cabeza no pasaba no superar el corte. «Si de alguna manera puedo lograr poner el -1 mañana y me encuentro cerca del par el domingo, creo que tendré alguna oportunidad», un -1 que se convirtió en -2 para comenzar la pelea del fin de semana.
«Creo que las condiciones fueron un poco más fáciles. No hacía tanto viento por lo que hace que el campo se mostraba un poco más fácil», declaraba el español al término de su ronda. «Hoy jugué mucho mejor, solo fallé dos greenes, golpeé muy bien la bola y me di muchas oportunidades de birdie», añadía,
Unas oportunidades que le permitieron entregar un resultado de 68 golpes, resultado que podía haber sido mejor de no fallar varios putts cortos. «Si hubiera pateado un poco mejor estaría un poco más cerca de la lucha, y no soy descabellado. Fallé tres putts dentro de los cinco pies (metro y medio) y otros muy buenos que no quisieron entrar», se lamentaba.
Aunque si de algo presumía era de como había jugado el último tercio del recorrido a pesar de esos dos bogeys. «Realmente feliz de como jugué en la recta final. especialmente en esos dos últimos hoyos. Terminar con dos pares con putts de 15 pies (4,5 metros) para birdie es una buena forma de acabar».
Lo mejor de la vuelta, además de esas dos últimas banderas fueron los tres birdies consecutivos entre el 13 y el 15. «Estaba enfadado por el bogey que hice en uno de los hoyos más fáciles del campo (12). Sabiendo que los siguientes tres hoyos eran factibles traté de ser un poco más agresivo e ir a por ellos y dar los golpes que necesitaba para hacer los birdies que necesitaba», como así fue y espera hacer el sábado. «Espero eso mañana… con suerte», apostilló.
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