Después de una semana de muchas emociones toca desconectar y hacer balance de lo que han dado de sí estos meses desde que volvió la competición al PGA Tour. Ni mucho menos es tiempo de fustigarse sobre si aquel golpe se podía haber pegado de otra manera o si había que darle más caída a esa bola en el green. El torneo llevado a cabo por Jon Rahm en Augusta es de notable y la única pena es que el escaso acierto del fin de semana le haya privado de hacerse un lugar en el podio del evento, tal y como comentó el propio jugador una vez finalizó su participación en el último Grande del año.
“El sábado empecé jugando bien, pero las cosas definitivamente no salieron. Algunas bolas se quedaron con barro y terminaron por estropear los golpes. Es mala suerte, pero es algo que seguro que le ha sucedido a todo el mundo”, comentó el León de Barrika, que dio una explicación certera a su escaso bagaje este domingo. “Es bastante sencillo: no me ha entrado nada. Ha habido muchos putts que han pasado muy cerca y que, de hecho, podrían haber entrado perfectamente. Para colmo he tenido el doblebogey del 12. Había pegado un buen golpe, pero una racha de viento ha llevado la bola al agua”, apuntó.
Un error que le retrasó dos golpes más de un DJ que le aventajaba en siete antes de iniciar el día y que dejó en imposible su intento de persecución: “Estaba muy atrás y con lo que estaba haciendo Dustin era muy complicado llegar a sus números. Ha jugado una semana increíble y el título es muy merecido. Ha sido el mejor esta vez, pero no considero que esté un escalón por encima de los demás. Sé que soy capaz de hacer lo que ha hecho él, pero a él le ha tocado esta semana”, sentenció el deportista vasco.