Muchos lo intentaron, pero ninguno pudo hacerle sombra en todo el domingo. Koepka es de esos jugadores que han nacido para jugar y, lo que es más importante, ganar torneos importantes y lo ha vuelto a demostrar esta semana en Bellerive. El estadounidense solo pasó por verdaderos apuros en los hoyos 4 y 5, de donde salió con varios bogeys que deslucieron el gran inicio con birdie en el 1. A partir de aquí, tres birdies en los tres últimos hoyos de la primera parte de su recorrido dieron un adelanto de lo que estaba por llegar.
Porque en los nueve segundos se mostró muy sólido, vigilando por el retrovisor las andanzas de Scott y Woods y apretando el acelerador cuando se acercaron más de la cuenta. Así llegaron los aciertos en el 15 y 16 que, prácticamente, sentenciaron el evento y le hicieron sumar el tercer Grande de su carrera.