Una nueva y polémica decisión de la USGA ha marcado el desenlace del US Women’s Open, tercer Grande de la temporada femenina disputado en el Cordevalle de San Martín en California.
Y decimos polémica no por si fue justa o no, que sí lo fue, si no en la forma en que se produjo muy parecida a lo que ocurrió hace unas semanas en el US Open masculino con Dustin Johnson como protagonista.
Pero vayamos con los hechos. La estadounidense Brittany Lang y la sueca Anna Nordqvist terminaron empatadas con 282 golpes (-6) tras el desplome de Lydia Ko (-4). El reglamento marca que el Play Off se disputa a tres hoyos (16, 17 y 18) y así fue, en el primero terminaron empatadas al par, pero en el segundo todo cambió.
Nordqvist enviaba la bola al bunker desde el tee de salida, cuando la sueca fue a dar su segundo golpe tocó la arena ligeramente, pero la tocó, hecho que está sancionado con dos golpes y aquí está la polémica con la USGA ya que la jugadora no fue avisada de ello hasta el tercer golpe del último hoyo.
«No tenía un buen stance, estaba incómoda y no me di cuenta que había tocado la arena, yo solo estaba concentrada en hacer un buen golpe. Si me hubieran avisado antes de la penalización habría sido más agresiva en el último hoyo», declaró Nordqvist finalizado el evento. «Bueno, esto no es el fin de mundo», añadió.
Con ese doblebogey de la sueca, el torneo se decantó para Lang que suma su segundo triunfo en el Tour LPGA y se embolsa 810.000 dólares. Beatriz Recari, única española que superó el corte, acabó en el puesto 55 tras acabar con una vuelta de par, su mejor resultado de la semana.