Como imaginarán, existen muchas maneras de preparar un torneo de tanta importancia como el de esta semana en el TPC Sawgrass. Hay algunos jugadores que optan por entrenar muy duro durante toda la semana y aprovechar el día de prácticas en el campo para salir y estudiar palmo a palmo el terreno. Y luego está el método Mickelson, que si no lo conocen se lo pasamos a resumir en un periquete: llevar a cabo solo la primera parte de la historia –lo de practicar mucho- y pasar olímpicamente de salir al campo.
Y es que después de tantas temporadas visitando el icónico complejo de Ponte Vedra Beach entenderán a la perfección que la leyenda de San Diego prefiera entrenar aspectos de su juego que se encuentran algo flojos en lugar de darse una vuelta para descubrir los hoyos. Sobre todo si se analiza que desde que ganó este campeonato en 2007 –cuando se impuso por dos golpes a Sergio García– tan solo ha podido lograr un Top 20 en las nueve siguientes temporadas, perdiendo los cuatro últimos cortes.
Es por esto que Lefty está intentando hacer otras cosas, dotar a su juego y a su rutina de un cambio que pueda repercutir en los próximos días, como se lo hizo saber al veterano periodista Tim Rosaforte hace solo unas horas: “Quiero estar descansado y listo para tratar de llevar a cabo mi juego. Considero que esto es mucho más importante que ver los agujeros en una vuelta de práctica”, comentó el jugador estadounidense.
Con 23 visitas en torneos oficiales a Sawgrass uno sabe a ciencia cierta qué necesita y qué no para encarar con garantías de éxito un torneo del PGA Tour. Pero no hay que olvidar que esta decisión le puede jugar una mala pasada si no aprecia con exactitud los cambios introducidos en el campo para el evento de 2017. En unos días saldremos de dudas sobre su arriesgada apuesta.