Olesen, protagonista del BMW. Fue castigado con un golpe por irse al agua tras dropar (Inc. VÍDEO)

El danés, que no fue penado en un principio por el árbitro que seguía al grupo, fue llamado al orden por Andy McFee, jefe de árbitros, y le confirmó que la bola estaba en juego y que tenía que asumir la penalidad

Anécdota la mar de curiosa que le ocurrió al cuatro veces ganador en el circuito europeo Thorbjorn Olesen y que pone de manifiesto que ni los profesionales pueden deshacerse en muchas ocasiones de la confusión que pueden generar las reglas, o la falta de conocimientos de ellas. Pongámonos en situación. Par 4 del Hoyo 4 del Golfclub Mündchen Eichenried y, tras el bogey del hoyo anterior y viendo que la cabeza de la clasificación se le escapaba, el danés decide atacar la bandera con el approach con tan mala suerte que su bola va a parar al lago que protege el green. Hasta aquí todo bien.

El problema vino a la hora de droparse. Tras dos intentos infructuosos de que la bola reposara –pues esta se dirigía de nuevo hacia el obstáculo y era su caddie el que ponía la mano para que no cayera al agua-, Olesen la colocó tan cerca como le fue posible del punto donde tocó por primera vez la parte del campo, acogiéndose a la regla 20-2.c. Tras un sufrimiento indescriptible, consiguió que se quedara quieta… o eso creía.

Olesen  estudió el complicado chip que tenía por delante y cuando se dirigió a la bola para proceder con el disparo esta volvió a rodar al obstáculo ante su mirada de sombro. Y aquí comenzaron las dudas del escandinavo, que estuvo hablando largo y tendido con el árbitro poco tiempo después intentando argumentarle que esa bola no estaba en juego. Y sorprendentemente le dieron la razón de manera momentánea. El jugador de 27 años no fue sancionado con el golpe oportuno y realizó el approach y putt para bogey.

Sin embargo, el tiro le salió por la culata poco después. El jefe de árbitros, Andy McFee, con mucho criterio, se acercó poco después al europeo y le dijo que en el momento en el que él termina la acción de dropar la bola pasa a estar en juego. Por lo tanto, pese a que no intervino en nada para que la bola fuera de nuevo al obstáculo, tenía que asumir el golpe de penalidad.

Y Olesen se marchó del 4 con un doblebogey y con la sensación de no creer lo que acababa de suceder, pese a que siguió reclamando ante los medios que la bola continuaba moviéndose en el mismo momento en que terminó de dropar.

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