Si creían que el tema de los repartidores estaba ya cubierto la semana pasada con el lanzamiento al estrellato del “caso caraanchoa” es porque no conocen hasta dónde es capaz de llegar Ian Poulter con tal de no ver su nombre manchado en las redes sociales. Y es que si nos retrotraemos en el tiempo poco más de una semana veremos que el golfista inglés tuvo un desencuentro con un cámara durante la segunda jornada del UBS Hong Kong Open, llegando a amenazarle tras cometer un doloroso cuádruplebogey durante su ronda. “La próxima vez que vaya a golpear la bola no corras detrás de mí”, le espetó el británico mientras le señalaba con el dedo.
Estas imágenes dieron la vuelta al mundo en pocos minutos. Y, claro, el que fuera uno de los héroes de Medinah no pudo librarse de las críticas a través de Instagram, Twitter e incuso Facebook. Tal era el mosqueo de Poulter por este hecho que tomó como chivo a un hombre llamado Glenn Stacey, conductor de la empresa de transportes Reliable Carriers, que escribió este mensaje a través de una de sus redes sociales: “Poulter es un auténtico imbécil, tanto dentro como fuera del campo. Tiene un problema con su arrogancia desde hace unos cuantos años”, afirmó.
Pues bien, Poulter no se quedó de brazos cruzados como podría haber hecho cualquier otra estrella deportiva que está sujeta a la crítica semanalmente. En lugar de eso, indagó dónde trabajaba este hombre y escribió un mensaje a través de Instagram con el que buscaba que la empresa tomara medidas disciplinarias contra su trabajador. “¿Realmente pagaríais a alguien para que os lleve a casa un objeto que apreciáis si piensa que sois unos verdaderos capullos? Estoy confundido”, escribió Poulter, al mismo tiempo que citaba a la compañía. Realiable Carriers se disculpó por el incidente, ante lo que consideraban una “increíble falta de juicio” por parte de Stacey y el caso está en manos de la dirección.
No es la primera vez que el golfista inglés participa en un incidente similar. Sin ir más lejos, el pasado mes de marzo consiguió que despidieran a un empleado de otra compañía tras responder a un chico que, a través de Twitter, se vanaglorió de haberle abucheado en todos los golpes durante una ronda en el Valspar. “Tu empresa debe estar orgullosa de tu profesionalismo”, escribió por aquel entonces, mencionando a la firma que le tenía en nómina. Y es que hay que andarse con mucho ojo con quién te metes, sobre todo si ese alguien tiene malas pulgas.
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