¿Cómo íbamos a olvidarnos de la lluvia en un Open? Hace unas semanas algunos meteorólogos lo pronosticaban y cada vez está más cerca de convertirse en realidad que el cuarto Grande de la temporada se jugará bajo el agua de principio a fin. Una estampa typically british que nos dejará un campeonato húmedo y con un field que espera con ansia comprobar cómo se comportan los greenes de Royal Portrush. Y es que, aunque no se espera una cantidad ingente de agua en Irlanda del Norte, sí que va a ser suficiente para encontrarnos un campo excesivamente pesado donde la colocación tendrá un papel fundamental.
De hecho, según datos que hemos podido obtener a través de The Weather Channel, la lluvia ligera estará presente durante tres de las cuatro rondas y solo el sábado aumentará el nivel de la misma en una semana con unas temperaturas muy agradables que oscilarán entre doce grados de mínima y diecisiete de máxima. Esto dejará un torneo con un ambiente fresco desde primera hora de la mañana a última de la noche, favoreciendo el espectáculo.
Un tiempo que ya conoce a la perfección Jon Rahm, que viene de ganar en Irlanda hace un par de semanas después de doblegar a sus rivales en una fotografía británica de principio a fin. Y es que cuando se trata de buscar greenes y estos se encuentran receptivos el vizcaíno puede ser muy peligroso. Solo hay que esperar que desde este jueves el español empiece fuerte para soñar con verle levantar la Jarra de Clarete, un evento que no gana un miembro de la Armada desde que Seve lo hiciera por última vez en 1988.
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