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El golfista de Carolina del Norte embocó dos putts prácticamente calcados para lograr el campeonato. Foto: @PGATour
Lo intentó de todas las formas posibles, pero hay días en los que las cosas no salen como uno tenía planeado. Jon Rahm (70 golpes, -11) necesitaba por todos los medios un comienzo muy fuerte con el que meter presión a la parte alta del campeonato, pero en lugar de eso el día empezó con muchas dudas por parte del León de Barrika. Tanto fue así que el español, a pesar de iniciar la ronda con un birdie en el hoyo 4, terminó dejándose las pocas posibilidades que le quedaban en los hoyos que le restaban hasta el final de la primera parte del recorrido.
En ellos, el vizcaíno acumuló tres bogeys que situaron su tarjeta momentáneamente en un dos sobre par en la ronda y lo convirtieron todo en una misión más que imposible. Al español le costaba un mundo encontrar la calle desde la salida y, cuando lo hacía, eran los greenes del TPC Scottsdale los que le privaban de obtener un mejor resultado. Fue por esto que, faltando nueve hoyos para terminar su participación en el Phoenix Open, se dejó ir… Y entonces consiguió sus mejores números de las últimas horas.
Sin presión, JR dio un paso hacia adelante y todo lo que no le había salido en la jornada sabatina y a comienzos de la dominical lo fue transformando. Hasta cuatro birdies sin errores consiguió en los ocho primeros hoyos de la reanudación y sólo un bogey en el 18 después de un fallido golpe de approach le impidió finalizar en el octavo lugar. De esta manera, el número 3 del planeta -seguirá en esta posición esta semana y la siguiente debido a los diferentes resultados- terminó noveno, firmando un nuevo Top 10 en el PGA Tour, y quedándose a seis impactos de Tony Finau (70 golpes, -17) y Webb Simpson (69 golpes, -17), quienes se disputaron el Phoenix Open en el PlayOff.
Todo ello después de que Simpson le comiera la tostada al deportista de Utah cuando marchaba dos por debajo a falta de dos banderas por disputar. Dos birdies del primero -putt de cinco metros en el 18 incluido-, unido a dos pares del segundo -marró un putt de menos de tres metros para llevarse el torneo- propició que todo se decidiera en una muerte súbita que se llevó Simpson con un purito calcado al que había logrado sólo unos minutos antes. Así, logró la sexta victoria de su carrera en el mejor circuito del mundo.
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