El 67 de Jon Rahm en la segunda jornada del PGA Championship es uno de los más importantes que el vasco ha podido tener en un campo de golf. Y es que al accidente en el hoyo 10 de Beverille CC (primero de su ronda) cuando golpeaba con su bola a un espectador después de fallar su salida desde el tee, se le unió el momento extraño en el 17 (8 de su ronda) tras perder la calle y no haber ningún marcador de los que habitualmente hay indicando donde se encuentra la bola.
Un espectador tuvo que ser atendido por un bolazo de Rahm. El fan deseó suerte al español (Inc VÍDEO)
Pero vayamos a los hechos. Rahm comenzó a buscar su bola por el rough cuando de pronto sintió como su pie tocaba accidentalmente lo que podía parecer una bola por lo que inmediatamente llamó a un árbitro para comentarle lo sucedido demostrando su honestidad ya que la bola, al parecer, no se movió del sitio.
Pera esa honestidad pagó un precio, tras mantener una conversación con el árbitro, en la que mostraba su frustración por la falta del observador, el español penalizaba con un golpe bajo la regla 18-2:
Bola Movida, Desviada o Detenida: 18-2. Por el Jugador, Compañero, Caddie o Equipo Salvo en lo permitido por las Reglas, cuando la bola de un jugador está en juego, si: (i) el jugador, su compañero o cualquiera de sus caddies: • levanta o mueve la bola, • la toca intencionadamente (excepto con un palo en el acto de preparar el golpe), o • causa que la bola se mueva, o (ii) el equipo del jugador o el de su compañero hace que la bola se mueva, el jugador incurre en la penalidad de un golpe.
Tras dropar, Rahm jugó su tercer golpe desde 242 metros dejando la bola a 52. Con el cuarto golpe la dejaba a poco más de dos metros y con el quinto embocaba salvando el par. Un par que sabía a gloria y con el que sacaba el puño.