Sabemos y comprobamos cómo el aspecto mental cobra cada vez mayor protagonismo en el golf moderno. Quizá el baño en champaña y cava al que sometieron sus compañeros franceses a Julian Quesne no sea el único que veamos en los próximos años en el final de un torneo. Detrás existe un plan de mejora psicológica puesto en marcha para los golfistas del país vecino.
La Federación francesa de Golf (ffg) está ya destinando recursos para reflotar a sus mejores profesionales. Al fondo, el decorado de la Ryder Cup de París 2018.
Quesne no figuraba en esos planes, pero tras vencer en Aloha su apellido se tendrá en cuenta. Como también se subrayó el resultado de Raphael Jacquelin, quinto en el Open de Andalucía, y de Gregory Bourdy, undécimo.
La federación del país vecino contrató al doctor estadounidense Bob Rotella, uno de los psicólogos más prestigiosos del mundo, para desarrollar un seminario con sus mejores profesionales de golf que disputan el circuito europeo.
Durante los 20 años que lleva Rotella ejerciendo como entrenador mental sus clientes golfistas suman 25 títulos de ‘Grand Slam’. Los más recientes fueron los conseguidos por Rory McIlroy, Trevor Immelman, Padraig Harrington y Darren Clarke.
Según informa el diario francés “L’Equipe”, Gregory Bourdy, Romain Wattel, Thomas Levet y tres mujeres también profesionales se reunieron en Florida y durante casi una semana con Rotella.
El entrenador nacional Olivier Leglisie destacó la labor positiva de las lecciones, estrategias mentales y rutinas establecidas y dirigidas por el citado psicólogo con los golfistas franceses.
Acabada la primera de las etapas del plan diseñado desde las instancias oficiales francesas, el golf de este país desarrollará paulatinamente otros aspectos para que sus jugadores recuperen lugares en la elite. Quesne, desde luego, puso la primera piedra en Aloha.
Bob Rotella ha escrito varios libros sobre el entrenamiento mental y la psicología del deporte. «El golf no es un juego de la perfección» es uno de los más renombrados de su bibliografía.