Ya que estoy aquí tendré que aprovecharlo. Estas parece que han sido las palabras de Jordan Spieth (66 golpes, -5) tras la primera jornada del Shriners Hospitals for Children Open sobre la hierba del TPC Summerlin. El jugador texano, que se encuentra disputando el primer evento de la temporada en Las Vegas, ha cuajado una fantástica primera ronda que le permite aumentar más si cabe su estatus de favorito al triunfo. El de Dallas es quinto tras la disputa de los primeros 18 hoyos y se encuentra a solo tres golpes de un Peter Uihlein (63 golpes, -8) al que le ha salido prácticamente todo en el inicio.
Pocos entendían que Spieth fuera de la partida en Nevada en una época del año que el estadounidense solía emplear para perfeccionar ciertos aspectos de su juego y, en mayor medida, para descansar. Pero los favores tienen que cumplirse y si recuerdan el final de temporada pasada -cuando Jordan no pudo clasificarse para la disputa del Tour Championship y, en consecuencia, no cumplió con el mínimo de torneos para retener la membresía de la gira- Spieth tiene que hacer ahora méritos para ganarse el favor de Monahan.
Y uno de ellos era acudir al Shriners Hospitals, un torneo que no había disputado el año pasado, y además traerse consigo a Bryson DeChambeau (66 golpes, -5) y a Rickie Fowler (68 golpes, -3), dos miembros del equipo estadounidense de la Ryder Cup. Pero no piensen que el texano ha acudido de comparsa, sino que a buen seguro peleará por aumentar su vitrina de trofeos. Con un juego fabuloso con los hierros y certero en las distancias cortas, Spieth consiguió siete birdies por solo dos bogeys que le permiten quedarse a solo un golpe del podio.
Mismos guarismos que los presentados por DeChambeau –quien ha sido noticia en las últimas horas por comentar que exprimirá al máximo las reglas a partir del próximo 1 de enero-, que con cinco birdies sin error también se sitúa muy arriba, con un ojo pendiente de Uihlein y meditando en el hotel cuál es la mejor estrategia para atacar el liderato este mismo viernes.