El Golf es en muchas ocasiones un deporte muy cruel. Y si no que se lo pregunten a Gian-Marco Petrozzi, un jugador inglés que compitió hasta este lunes en la PQ2 de la escuela del circuito europeo sobre la hierba de Las Colinas Golf & Country Club. El británico estaba protagonizando un día primoroso con un Hoyo en Uno incluido para, con cinco birdies en los seis últimos hoyos, ganarse una plaza para disputar el PlayOff con el que pugnar por un hueco en la final que tiene lugar en Lumine.
Sin embargo, aproximadamente 20 minutos después de su ronda, Petrozzi se enteró de que había sido penalizado con dos golpes en su última bandera en uno de esos fallos que recordará toda su vida. La razón que le llevó a cometer la infracción empezó al fallar la calle y tener ante él un approach en el que debía conducir la bola por encima de un bunker hasta llegar al green. Petrozzi, como es lógico, miró y requetemiró el golpe, hasta el punto de caminar por el bunker para saber por qué punto tenía que tirar la bola.
Y aquí llegó el fallo. El inglés, con toda la buena intención del mundo, tomó el rastrillo e hizo desaparecer las huellas que había provocado unos instantes antes. En definitiva, que lo que pensó que era un acto de buena etiqueta se convirtió en una infracción de la regla 13-2 como si hubiese mejorado su línea de juego. Un error de bulto que le acabó condenando al T32, lejos de los 23 mejores hombres que consiguieron acceder a la final.
“Hoy he aprendido una dura lección en la última ronda de la PQ2, aunque en ningún momento sabía que estaba cometiendo tal infracción”, comentó el propio jugador unas horas más tarde en su perfil de Twitter. Un hecho que a buen seguro no volverá a repetir.
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