Por si no tuviéramos suficiente con el dichoso VAR en el fútbol, ahora también tenemos que hablar sobre el videoarbitraje en el Golf después de lo sucedido en la jornada del sábado en el Volunteers of America de la LPGA. Pongámonos en situación: la danesa Broch Larsen marchaba como una de las mejores jugadoras de los primeros 18 hoyos cuando, llegado el par 5 del hoyo 4 -su decimotercera bandera de la vuelta- sucedió lo siguiente.
La escandinava se encontraba a punto de chipear cuando se dio cuenta de que la bola se movió nada más apoyar el palo en tierra. Acto seguido, y con el objetivo de que la jugada no fuese a mayores, Broch Larsen avisó corriendo a un árbitro quien, tras discutir varios minutos con la jugadora, decidió que ella no había sido la culpable de que la pelota se desplazara. Así pues, la europea embocó desde ahí con la sensación de haber conseguido un birdie… Pero con lo que no contaba era con el telearbitraje.
Y es que un árbitro del circuito femenino se puso en contacto con el Comité de Reglas con infomación adicional tras ver las imágenes repetidas por televisión. Tras estas palabras estos también se dispusieron a revisar el vídeo y finalmente llegaron a la conclusión de que Broch Larsen sí que había intervenido en que la bola se moviera, con lo que en base a la regla 18-2 le cayó un golpe de penalidad -eso sí, se libró de la infracción por haber jugado desde el lugar incorrecto al haber seguido las instrucciones del árbitro-.
Una decisión que le costó el liderato y un disgusto que le acabó pasando factura en la ronda final, con la que solo fue capaz de llegar al T12 tras entregar una cartulina en la que logró dos birdies y un bogey.