El capitán del equipo del viejo continente llevó a buen puerto su promesa y decidió inmortalizar la última victoria europea en la cita bianual con un tatoo en la zona donde la espalda pierde su nombre
Dicen que lo prometido es deuda y Thomas Bjorn ha demostrado ser un auténtico hombre de palabra después de cumplir a rajatabla aquello que se propuso si Europa vencía a Estados Unidos en la Ryder Cup disputada en París: hacerse un tatuaje “en la parte que solo Grace -su novia- puede ver”. Lo que nadie esperaba es que lo hiciera en la previa del día de Navidad.
El danés, criticado durante los meses previos a la competición después de tirar por la calle de en medio llamando a filas a la vieja guardia en sus elecciones como capitán, se tatuó en el trasero la copa Ryder con el resultado final del evento disputado en Le Golf National. Un 17,5 a 10,5 que reflejó la superioridad del equipo del viejo continente en el duelo frente a los americanos y que sirvió para que el escandinavo ascendiera al Olimpo del Golf.
A promise made. A promise kept ?#TeamEurope pic.twitter.com/nWp9EfRJEL
— Ryder Cup Europe (@RyderCupEurope) December 24, 2018





