José María Olazábal es considerado por la prensa francesa como «una leyenda viva del Tour Europeo». Más de 30 victorias alrededor del mundo, dos Masters de Augusta en el bolsillo (1994 y 1999) y una referencia absoluta en la Copa Ryder, junto a Seve Ballesteros.
Esa es la definición grosso modo que hace L’Equipe de Olazábal, el jugador de Hondarribia, de 47 años.
Olazábal, capitán del milagro de Medinah en la Ryder Cup, coincidirá con Davis Love III en Augusta. Acabada su capitanía, el vasco (407 del mundo) se ha dedicado enseguida a entrenarse y recuperar su juego y rechaza cualquier pensamiento de circuito sénior. Lo que desea es competir, ocho años después de su última victoria (Mallorca 2005).
«Mi objetivo es ponerme en forma. Desde la capitanía de la Ryder Cup tengo tiempo para dedicar a mi juego. Quiero volver a ser competitivo. En los próximos tres años, quiero ganar algo», comenta Olazábal.
«Mi lesión fue muy problemática. Ahora, aparte de algún dolor en el hombro, todo está mucho mejor. Necesito coger fuerza, pues el ‘drive’ me plantea grandes problemas y necesito mejorar en esto», dice Chema, quien asegura que nota «progresos en el entrenamiento, pero aún no en el campo».
«Hace veinte años me pasaba el día en la cancha de prácticas. Ya no puedo hacer eso, porque tengo 47 años. Pero si la salud está ahí, no tendré problemas», asevera.
Sobre Augusta, Olazábal comenta que el campo «se alargó en los últimos años y esto no me beneficia. Será difícil para mí».
«En estos momentos no pienso en el Tour sénior, solo en la Carrera hacia Dubai», concluye el maestro vasco.