La vuelta de Jimmy Walker necesitaba un impulso. El astrónomo había zanjado sus nueve primeros hoyos con otros tantos pares con los que no conseguía despegarse de sus rivales. Cuando de pronto apareció la magia. Un tremendo golpazo desde la arena en el hoyo 10 con el que anotaba el primer birdie tras entrar la bola directamente en el agujero. Walker sacó el puño mostrando sus intenciones de victoria.






