Sin lugar a dudas es una de las grandes atracciones esta semana en Abu Dhabi. Jordan Spieth, flamante número uno del mundo y reciente ganador del Hyundai Tournamet of Champions, llega a los Emiratos Árabes Unidos con la intención de colocarse en lo más alto del podio por segunda vez en lo que va de año y de ahondar un poco más en la herida del norirlandés Rory McIlroy, que ha visto como en un abrir y cerrar de ojos este joven jugador de 22 años le adelantaba por la derecha sin ni siquiera poner el intermitente.
El texano acapara la mayoría de atenciones de los medios de comunicación con un sinfín de entrevistas y ruedas de prensa. Es por esto que, entre otros muchos temas, ha querido recalcar el papel que va tener para él este año la Ryder Cup del próximo mes de septiembre en Minnesota, un evento que califica como “uno de los principales objetivos de la temporada”.
“Tenemos que conseguir jugar como equipo. Estamos cansados de oír hablar de los cambios que deben hacerse. Estamos cansados de oír hablar del pasado. En definitiva: estamos dispuestos a creer en un equipo joven con hambre de triunfos”, respondió ante las preguntas acerca de lo que el combinado norteamericano debía mejorar para derrotar de una vez por todas a los europeos.
“Con esto no quiero decir que en la próxima cita no deban estar los jugadores que salieron derrotados en las últimas ediciones. Rickie (Fowler) ha estado en dos equipos perdedores e incluso yo pertenecí al grupo que sucumbió en Gleneagles. A lo que me refiero es que hay un conjunto de jóvenes de la talla de Brooks (Koepka), Justin (Thomas) o Patrick (Reed) que han tenido un gran éxito en los entornos de equipo durante toda su etapa profesional y esto debería de tenerse en cuenta”.
El golfista de Dallas ha puesto como punto de partida la victoria conseguida en Corea del Sur el pasado mes de octubre durante la disputa de la Presidents Cup, un torneo que sirvió para aunar fuerzas en el combinado norteamericano y para conocer a los nuevos valores del conjunto de las barras y estrellas. “Sinceramente, creo que en Corea tomamos un buen impulso. Todavía queda un largo camino hacia Hazeltine, pero si podemos continuar lo que hemos estado haciendo durante los últimos meses será una garantía de éxito”.
Y es que los estadounidenses quieren evitar como sea una nueva victoria de los pupilos de Darren Clarke, pues se convertiría en la octava del nuevo siglo y la cuarta de forma consecutiva –algo que ningún equipo ha conseguido todavía desde la implementación del nuevo formato en 1979-.