Hasta el día de hoy su mejor resultado en un Grande había sido un octavo puesto compartido en el Masters de Augusta del año 2014. Pero así es el golf. Este estadounidense, un enorme apasionado de la astronomía, ha entrado de lleno en la historia de este deporte tras mantener un épico duelo en la parte final ante el número uno del mundo y aguantar en el liderato para levantar su primer Major y poner fin a un período de sequía de año y medio, el tiempo que hace desde que ganó el Valero Texas Open, su quinto título en el PGA.
Todo apuntaba a que la 98ª edición del US PGA Championship iba a acabar el lunes después de la suspensión de la ronda de ayer y los pronósticos para este domingo que auguraban más tormentas sobre la hierba del Baltusrol GC de Springfield (Nueva Jersey). Sin embargo, para sorpresa de todos –incluida la propia organización- fallaron las predicciones y el mal tiempo se alejó de la costa este. Así, los cinco partidos que restaban por salir del sábado pudieron completar sus 18 hoyos por la mañana y, tras descansar mínimamente, salir al campo de nuevo para concluir la última jornada.
Y el mejor de todos fue Jimmy Walker (-14), por cierto, el cuarto jugador que se lleva a casa un Major por primera vez en el presente curso después de Danny Willett, Dustin Johnson y Henrik Stenson. Y lo hizo dando un gran espectáculo, salvando las zonas más complicadas del complejo y dando zarpazos medidos al milímetro para colarse en la moral de sus rivales. El norteamericano se ha librado del bogey durante los últimos 28 hoyos del torneo para poner el broche final a un evento que ha dominado de principio a fin –el último que lo logró en el PGA fu precisamente Phil Mickelson (2005) en este mismo campo-.
Pero, aunque pueda parecer que su gran actuación conllevó un paseo militar, el número 1 mundial Jason Day (-13) se quedó muy cerca de forzar un PlayOff de desempate que hubiese sido el colofón a una gran semana. Si no lo consiguió fue por su fatal inicio, con dos bogeys en sus tres primeras banderas. Fue el único pero que se le puede achacar al australiano, pues a partir de aquí demostró por qué es el mejor golfista del planeta. No le importó encontrarse a tres golpes del líder, y fue a partir de aquí cuando destapó un tarro de las esencias que tuvo como culminación final el increíble eagle del 18, en el que levantó el puño para meterle presión al líder.
Pero a Walker le sobraba con el par. Y esto fue lo que consiguió. Una victoria que le sirve a este deportista de 36 años para lograr el resultado más bajo en un torneo oficial en Baltusrol y para reservarse un hueco entre los mejores. Por detrás de ellos completó el podio Daniel Summerhays (-10) y, tras éste, Branden Grace (-9), Hideki Matsuyama (-9) y Brooks Koepka (-9) tuvieron que conformarse con compartir el T4.
Rafa Cabrera-Bello (-1), único español en el campo el fin de semana, ha ido completamente de menos a más conforme han pasado los días y cogerá el avión rumbo a Río con grandes sensaciones después de terminar la última ronda con 67 golpes (-3) y poner el negativo en el total de su tarjeta, una hazaña que le ha posibilitado ascender 17 posiciones hasta el T49.