¿Alguna vez dormiste mal por que al día siguiente tenías un torneo importante? ¿Has sentido nervios al comenzar alguna partida? Antes de ejecutar un golpe, ¿has tenido la sensación de que ha desaparecido tu swing? ¿Recuerdas ese momento de bloqueo antes de tirar ese putt de dos palmos que después fallaste?
Si alguna vez has tenido una sensación parecida a estas, significa que estás muy vivo y que tu miedo está haciendo su trabajo y, también, quizá, que tu cabeza te está jugando una mala pasada.
Entonces, ¿Qué es el miedo y para que nos sirve? Vamos a dar un repaso a esta emoción tan importante para nuestro golf y, sin duda, para nuestra vida.
“Un golfista nunca podrá jugar bien sin antes escuchar y aceptar sus miedos”
¿QUÉ ES EL MIEDO?
Básicamente y sin rodeos, el miedo auténtico es una reacción biológica que activa todo nuestro organismo para detectar una amenaza que puede poner en peligro nuestra integridad física o nuestro bienestar actual.
Todo lo que no implique un riesgo o peligro para nuestra integridad sería un miedo “falso” distorsionado por nuestros mapas mentales o creencias subconscientes.
Desde hace miles de años, esta emoción ha permitido a cualquier ser vivo responder de manera práctica a una amenaza y, gracias a ello, protegernos para salir airosos de situaciones peligrosas.
Sin embargo, curiosamente, al ir evolucionando nuestro cerebro más racional, hemos ido desarrollando una capacidad de generar situaciones de miedo que no tienen nada que ver con un peligro real, un peligro que ponga en riesgo nuestra vida.
Simplemente el hecho de ponernos con nuestro drive en la salida del 1, mirando a esa bolita quieta y dispuesta a ser lanzada, nos genera un miedo irracional. Para la mayoría de nosotros/as este miedo crea un desafío aún mayor, en un juego que de por si ya es complejo.
La pregunta es, ¿realmente hay algo a lo que temer en el golf? Y, si no es así, ¿por qué nos ponemos tan nerviosos/as?
ENTONCES ¿CUÁL ES LA AMENAZA?
En el fondo no existe tanta diferencia entre los temores de un profesional y un amateur a nivel emocional. Quizá a nivel mental y de pensamientos las razones pueden ser más diversas y complejas. Veamos algunos de los miedos más generales.
Seguramente a ti se te ocurren muchas más razones, pero quizá estas 5 puedan englobar el resto de miedos que se generan en cualquier jugador, no solo del golf, sino en cualquier otro deporte.
QUÉ OCURRE EN MI CUERPO
Como en el artículo sobre la rabia, es interesante saber qué ocurre en nuestro cuerpo cuando el miedo aparece.
Cabe recordar que el miedo es la antecesora natural de la rabia. El miedo alerta de un peligro y la rabia pone en acción todos mis recursos. Por lo tanto, el miedo auténtico está activando todos los recursos corporales para disponernos a la acción.
Sin embargo, el miedo, como cualquier otra emoción, surge de manera natural como reacción concreta y temporal hacia una situación específica. Si mantenemos esta emoción más allá solo lograremos bloquearnos y generar resultados contrarios a lo que realmente necesitamos.
Por ejemplo, si en una partida estamos golpeando la bola sin confianza (miedo), nuestro cuerpo estará siempre tenso, pudiendo generar que nuestras muñecas estén rígidas, que apretemos mucho nuestro grip, que estemos acelerados y perdamos nuestro ritmo en el swing. En definitiva, que nuestra partida será un auténtico desastre. Y mentalmente estaremos fuera de la partida sin capacidad de concentración y con pensamientos que podrían ir echando más “leña al fuego”.
Y, curiosamente, todos los golfistas vamos a jugar porque “se supone” que nos relaja ir al campo y caminar por la naturaleza. Sin embargo, en estas situaciones, generamos mucho estrés y sometemos a nuestro cuerpo a una presión sostenida en el tiempo que, sin duda, no nos va a hacer disfrutar de la partida.
Así que, si el miedo quiere ser tu caddy en la partida de esta semana, solo déjale que te hable un ratito antes de dar ese golpe complicado y que te ayude a preparar tu estrategia, y luego haz que se calle, escucha su mensaje y, pase lo que pase, no le des permiso para quedarse en tu mente por más tiempo del necesario.
PERO ¿CÓMO LO HAGO?
Sin duda, el miedo auténtico es un recurso interno necesario para convertirnos en mejores jugadores/as, y gestionarlo de manera apropiada nos ayuda a mejorar nuestros resultados a largo plazo.
La mayoría de los profesionales están ya utilizando técnicas de gestión de estrés para regular los niveles hormonales y fisiológicos provocados por la presión a la que están sometidos.
Practican diariamente técnicas de respiración, mindfulness, visualizaciones o centramientos, y con ello dan a sus entrenamientos un enfoque global que implica su técnica, su táctica, su parte física y mental/emocional.
Estas técnicas no van a hacer desaparecer esa “ansiedad” ni tampoco van a evitar que alguna vez hagan vueltas malas, pero sí les ayuda a saber gestionar esas situaciones y, sin duda, a que no sean recurrentes. Es mucho más fácil o cuesta menos tiempo arreglar un desajuste técnico, o incluso físico, que un bloqueo emocional o mental.
Para el resto de los humanos golferos, también os invito a incluir en vuestra vida diaria cualquier tipo de técnica que os conecte con el presente, no solo os valdrá para el golf, también os servirá para vuestros trabajos, estudios, relaciones, en definitiva, para vuestro día a día.
Dedicaos 10/15 minutos a desconectar de todo el ruido diario y conectar con la calma y la quietud. Desacelerad el ritmo por unos minutos, daos ese regalo y os aseguro que si creáis este hábito y lo hacéis regularmente, vuestro cuerpo y mente comenzarán un cambio que os sorprenderá.
¿Te gustaría saber algo más sobre estas técnicas? En el próximo artículo te daré algunos ejercicios para que puedas iniciarte en estos recursos, y una parte más científica sobre los efectos tan positivos en las personas que lo practican.
David Espinosa es Coach Deportivo y facilitador de procesos en equipos. Además de un apasionado del golf e investigador de todo el backstage que implica este gran juego en la parte mental y emocional.