Una mentalidad fija limita nuestro potencial en cualquier situación que podamos desarrollar. Esta mentalidad nos hace creer que sencillamente las personas no tenemos capacidad latente y constante de desarrollarnos con esfuerzo y tiempo. Existen muchas personas que han tenido “éxito” manteniendo una mentalidad fija. De hecho, lo hacen habitualmente mostrando comportamientos de superioridad y con un ego muy elevado.
Para estas personas el éxito es lo único importante y siempre el fin justifica los medios. Además, la necesidad de sentirse validado y admirado es una constante que, cuando no se cumple, llega a cambiar por completo su visión del entorno, convirtiéndose en una necesidad de control, dominio y, por tanto, de desconfianza. Os pondré un ejemplo de alguien muy conocido en el mundo del tenis como John McEnroe.
John McEnroe era de mentalidad fija: creía que el talento lo era todo. No le gustaba aprender, sobre todo, cuando eran los demás los que le trataban de enseñar. No prosperaba con los desafíos, cuando la cosa se ponía mal abandonaba con frecuencia y echaba la culpa al exterior. Como resultado de ello, y eso él mismo lo admitió, no completó todo su potencial.
Pero su talento era tan grande que fue el jugador de tenis número uno del mundo durante 4 años. Aquí nos cuenta una anécdota que ilustra cómo es eso de ser el número 1 teniendo una mentalidad fija.
McEnroe, utilizaba serrín para absorber el sudor de sus manos durante los partidos. Esa vez el serrín no era de su gusto, de manera que se fue hacia el bote donde se guardaba y la derribó de un golpe con la raqueta. Su agente, Gary, acudió corriendo a ver qué pasaba -no era la primera vez que McEnroe perdía los papeles-.
“¿A esto lo llamas serrín?”, gritó. En aquel momento estaba gritándole: “¡El serrín estaba picado demasiado fino! Esto parece polvo matarratas. ¿Es que no puedes hacer nada bien?” Así que Gary salió corriendo y 20 minutos después volvió con una lata de serrín más grueso recién picado…y veinte dólares menos en su bolsillo. Había tenido que pagar a un empleado para que picase un listón de cinco por diez. Así era eso de ser el número uno.
La lista de comportamientos, nada ejemplares de McEnroe, según dijo el mismo, es infinita y todo partía de esa mentalidad fija y pobre de crecimiento personal.
Así que, si tienes éxito, seguramente es porque has desarrollado habilidades mejor que otras personas. Pero esto no da derecho a abusar de nadie ni te debe impedir a seguir creciendo como persona con valores.
Es más, cuando alguien actúa de esta manera está demostrando una actitud de “niño consentido” que ratifica esa falta de crecimiento y sobre todo de una baja autoestima.
Por otro lado, tenemos otros grandes deportistas con una mentalidad de crecimiento y hoy me viene el caso de Tiger Woods. No significa que una persona con esta mentalidad no cometa errores, seguramente muchos como consecuencia de esa parte inmadura que todos tenemos. Él, sin duda, no puede ser ejemplo en algunos aspectos de su vida.
Sin embargo, sí que tiene una mentalidad de crecimiento que le permite aprender del fracaso más allá de los campos de Golf. El legado que ha dejado es su reacción ante los sucesos en el que él admitió su única responsabilidad y que afectó a todo su entorno y sus seguidores.
Su rueda de prensa después del escándalo por sus relaciones extramatrimoniales, es simplemente digna de ser estudiada como una declaración de mentalidad de crecimiento. En su peor fracaso vital él supo tomar consciencia de su gran error y admitir las consecuencias. Un fragmento de su declaración -que no tiene desperdicio- fue esta:
“Dejé de vivir por los valores fundamentales que me enseñaron a creer. Yo sabía que mis acciones estaban equivocadas, pero me convencí de que las reglas normales no aplicaban. Nunca pensé a quién le estaba haciendo daño. En cambio, yo sólo pensaba en mí mismo. Corrí directamente por encima de las fronteras que una pareja casada debe vivir. Pensé que podía salirme con la mía. Sentí que había trabajado duro toda mi vida y merecía disfrutar de todas las tentaciones que me rodeaban. Sentí que tenía derecho. Gracias al dinero y la fama, no tenía que ir muy lejos para encontrarlos”.
Cuando en nuestra vida comencemos a pensar y a creer que el mundo nos debe algo, cuando comencemos a creer que somos únicos y especiales, cuando todas las frases empiecen por Yo y en todo sea Yo lo único importante, debemos entender que estamos en un pensamiento fijo que nos está impidiendo disfrutar de lo verdaderamente importante de la vida.
En esta declaración, habló mucho de la pérdida de sus valores fundamentales y es que cuando los perdemos de vista, nuestra vida se suele desmoronar. Él volvió a practicar el budismo como estilo de vida, comenzó terapia y al final de ese comunicado pidió ayuda para volver a reconectar con la vida.
Seguramente, todo lo que ocurrió en el pasado, aún hoy le puede generar dolor -más allá de las graves lesiones-, pero una mentalidad de crecimiento puede poner esa Paz mental en el pasado para seguir creciendo en el presente. Sin duda, eso le va a hacer ser el mejor jugador de la historia de golf para muchas personas y por eso en Augusta no hay nadie que mueva tantas masas y genere tanta expectación a pesar de no optar ni si quiera estar cerca de los diez primeros.
Hoy no había ningún Tip de Golf, hoy solo quería traeros tips de vida ante la reacción ante el fracaso o el éxito. Y es que debemos comprender siempre que el verdadero éxito es el que genera mejores espacios a nuestro alrededor y en los que nuestra mentalidad de crecimiento hace que, a la vez que nosotros evolucionamos, las personas que están cerca también avancen.
Cuando tenemos mentalidad de crecimiento, nuestros “fracasos” se convierten en aprendizaje y nos convierten en talento puro. ¿Cómo es tu mentalidad ante el error? ¿Qué te dices cuando algo no sale como tu esperabas? ¿Qué reacción tienes cuando tienes que asumir un error?
¡Espero tengas un precioso día y si has llegado hasta aquí déjanos tu opinión o un comentario, estaré encantado de contestarte!
David Espinosa es Coach Deportivo y facilitador de procesos en equipos. Además de un apasionado del golf e investigador de todo el backstage que implica este gran juego en la parte mental y emocional.