Ángel Cabrera compareció ante los medios tras conquistar su segundo Grande en ocho días
Con emoción contenida pero convicción absoluta, Ángel Cabrera volvió a escribir su nombre en la historia grande del golf. El argentino conquistó su primer Trofeo Alfred S. Bourne en el exigente Congressional Country Club, sumando su segundo Major en apenas seis días, un logro sin precedentes.
«Estoy extremadamente feliz y muy orgulloso de mí mismo, especialmente por lograrlo en un campo como este«, declaró Cabrera, visiblemente conmovido por lo alcanzado. El veterano cordobés, que enfrentó años difíciles fuera del circuito, aprovechó un tropiezo clave de Padraig Harrington en el hoyo 15 para tomar el control. «Vi que hizo un doblebogey y pensé: esta es mi oportunidad«.
“En el 18 fui con el driver porque es mi palo. Jugué con inteligencia, hice bogey… pero lo logré”
El campo, considerado uno de los más duros del circuito, exigió precisión y temple. «Es muy difícil, y puede ser aún más si hacen los greenes más rápidos o lo alargan. Sin duda será de los más exigentes del Tour«, explicó Cabrera, quien supo resistir los embates finales con astucia y valentía. “En el 18 fui con el driver porque es mi palo. Jugué con inteligencia, hice bogey… pero lo logré”.
El triunfo tiene un peso emocional inmenso para Cabrera, tras una larga ausencia de las grandes citas. “Estoy muy emocionado, aunque tal vez no se vea. Después de todo lo que pasé, no puedo creer que lo haya conseguido”, confesó. “Pensé que iba a fracasar, después de estar tanto tiempo sin tocar un palo. Pero trabajé muy duro… y este triunfo es la recompensa”.
Con este título, Cabrera no solo vuelve a la cima del golf mundial: también firma una de las gestas más inesperadas y emotivas del deporte reciente.
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