Algunos campos lo están intentando absolutamente todo para atraer a los jugadores de la nueva hornada a sus complejos. Y no, no hablamos de que el diseño sea más o menos atractivo, sino de la manera de practicar nuestro deporte. Lo pudimos ver hace un par de meses, con el campo que amaestraba cabras para ejercer las labores de caddie durante una ronda -los popularmente conocidos como cabbries-, y hace unas horas hemos vuelto a tener la misma sensación al enterarnos de que existe un recorrido en el que se puede sustituir el habitual buggie por un jeep.
Sí, créanselo. Un todoterreno surcando la hierba. Parece una auténtica contradicción -y quizá lo sea-, pero es la manera que ha tenido el Deer Run Jeep Golf Course de Maryland -obviamente cambió el nombre a raíz de su nueva actividad- de salir adelante y no verse obligado a bajar la persiana. Un enfoque poco convencional con el que se quiere que los millenials accedan a este deporte poniendo al alcance de estos una de sus demandas: la inmediatez.
“En estos momentos estamos ofreciendo algo que puede realizarse en solo dos horas, pero es tiempo más que suficiente para divertirte con tu coche mientras pasas un día en familia”, reconoció Herne, yerno del propietario del complejo. “Supimos desde un primer instante que el mercado para crear aquí un campo al uso no era bueno. Existen muchos complejos que han cerrado en toda la región, así que decidimos impulsar la idea de atraer a jóvenes de entre 20 y 30 años”, sentenció.
El nuevo recorrido cuenta con nueve hoyos y, aunque suponga una aberración para el Golf canónico, no varía un ápice ninguna regla. Al llegar a la bola los jugadores se bajan, juegan sus golpes y otra vez al coche. ¿Y qué hacer si no se dispone de un jeep? No hay de qué preocuparse, el campo ya ha contado con ello y hay algunos destinados al alquiler.